A veces tenemos problemas con nuestra pareja y no sabemos cómo resolver lo que nos separa. El deterioro que provoca en la relación lleva a romperla, con la separación o el divorcio. Ante esto, la mayoría de las veces las parejas decide no continuar, y apuestan por la separación definitiva, pero hay otras que quieren intentarlo un poco más o es el juez el que les exige que lo hagan, es decir, que antes de la ruptura definitiva recurran a la mediación. Esta disciplina es poco conocida en nuestro país y en Europa, donde tan solo un 1% de la población recurre a ella, como vía de resolver conflictos y buscar alternativas a la posible ruptura. Una opción útil más en un país como España en el que, según datos del primer trimestre de este 2017, han aumentado un 4,8% los divorcios y las separaciones, según informó el Consejo General del Poder Judicial (…)
“En la práctica, la mediación supone que los participantes afronten conjuntamente la búsqueda de soluciones a los distintos problemas de reorganización familiar que supone la ruptura de su relación de pareja, para lo cual, deciden voluntariamente ponerse en manos de un mediador familiar, imparcial y cualificado que desarrolle un proceso de mediación y guie entre ellos una negociación que les permita llegar a acuerdos”, explica Carlos Abril, mediador familiar de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF).
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